¡Cómo no recordarte! ¡Cómo no recordar aquellas tardes que, entre risas, deliciosos pasa bocas y mucho llanto, reencontraba lo mejor de mi contextura personal y social! ¡Aquello que tú señalas magistralmente como tácito judaísmo, había sido inscrito con letra invisible en el día a día de mi existencia junto a y por mi padre! ¡Cómo no recordar las lecturas que hacíamos en esas tardes y que me colocaban de frente a las polémicas con mi padre sobre el real significado de pasajes de la Toráh! ¡Cómo no recordar las lecturas del ‘Él Ser Judío’ o de ‘Yo y mi Judaísmo’, que agotamos contigo con placer, devoción y una pizca de polémica! ¡Cómo no recordar que esos libros tú me los regalaste, junto a mucha música Klezmer que con regocijo escuchábamos mientras estudiábamos! ¡Cómo no recordar las meguilá de cada viernes en la Sinagoga con el rabino Goldschmidt, que con visión universal, abre la lectura de la Toráh para que sea patrimonio de todos! ¡Cómo no recordar esos sentimientos cuando en Iom Kipur no podía definir con claridad si en verdad creemos en el perdón, concedemos el perdón, creemos en el arrepentimiento y nos avergonzamos de los dolores que hemos causado o sencillamente, buscamos un tolerancia o “aceptación” de D-os con nuestro proceder cotidiano, con nuestra indolencia e insolidaridad! ¡Cómo no recordar esos días de Rosh Hasna en que felices nos dábamos el Shaná Tova casi litúrgicamente y sin asomo real de querer recomenzar una nueva vida más solidaria y tolerante! ¡Cómo no recordar, sin embargo, que todavía celebramos Sucot pese a la soberbia de algunos, a la indiferencia sobre el resto de menesterosos que sin más habitación que una sucá recorren el mundo como nosotros lo recorrimos!
Cómo no recordar que justo allí en Sucot agitamos, unidos, junto al etrog, al lulav, al hadás… el aravá, que como yo y muchos otros, desperdigados por los cuatro puntos cardinales del planeta nos mantiene como Uno sólo! ¡Ante D-os o ante el mundo! ¡Cómo no recordar que esa idea de ‘Uno que es todo’ es una contribución, que no una propiedad, que los judíos comunicaron a la humanidad para señalar que D-os no divide a la humanidad sino que la une! ¡Y que cada división en el ‘fundamentalismo de cada culto’ ha convertido la idea de la vida en D-os en la tumba de la humanidad! ¡Cómo no recordar que Pesaj es el más grande canto a la libertad y que se formaliza y sólo se hace sostenible cuando, según la cuenta de omer, 49 días después, en Shavout, recibimos la Ley que se hizo para hacernos libres, semejantes, respetuosos, tolerantes e incluyentes de la diferencia y por lo tanto convivientes en nuestra especificidad y cultura, con las demás culturas del mundo, de las que tanto recibimos y a las que tanto le hemos aportado!
Y así podría seguir recordando, una a una, todas tus enseñanzas que si las he mal interpretado se debe a mi pasión porque sólo lo humano nos hace nobles y el amor a la humanidad y a la naturaleza es el único camino para ser trascendentes y acogernos a la idea de D-os. El resto son, en mi modesta opinión, maquillajes de nuestra indiferencia, de nuestra incredulidad real y de nuestro egoísmo que justifica pecar, en tanto dañamos al semejante y a la naturaleza, y luego rezar para terminar en empate. ¡Que me muestren otro camino que sí llegue a D-os –crease en él o no- distinto al prójimo, tú más cercana semejanza y a la naturaleza, tu entorno!
Si Raquel de mi corazón y de mi razón, sigo con tus enseñanzas empecinado en encontrar razones trascendentes en esta polémica que mantengo con D-os frente a su indiferencia con el destino guerrero e insolidario de algunos hombres. Cada vez comparto más con Ernesto Sábato que las religiones son la tumba de D-os… Y sí, alguna frase bíblica tomada sin historia puede devenir del pasado como coyunda esclavista del presente y el futuro de la humanidad. La ‘Tierra Prometida’ no puede convertirse en una entelequia, no divisible, que convierta a Israel y Palestina en la tumba eterna de una guerra fratricida. Si se lee sin apasionamientos nacionalistas la columna que escribí en El Tiempo creo, se debe concluir, que es la defensa del Estado y de los judíos en Israel… y de la dignidad de los judíos del mundo. El resto sería una pandemia de violencia que obligaría al Estado de Israel a utilizar su poder militar hasta eliminar a todos los árabes y musulmanes del Medio Oriente: el único camino que nos brinda la lógica, y sería el comienzo inmediato de la solución, es encontrar la convivencia en dos estados el de Israel y el palestino.Sí Raquel me abstuve conscientemente de meterme en las expresiones sucedáneas de la guerra como los cohetes, los hombres bomba, el terrorista árabe o el terrorismo, que otros llaman, de Estado, los muros, los bloqueos alimenticios y sanitarios etc., etc.. Porque no son sino síntomas y no las causas de un conflicto que no podemos seguir eternizando en el mundo, en beneficio de los complejos militares, de las violentas y corruptas dinastías árabes y de la sin razón humana que nos hace preguntar día a día si esto es la Obra de D-os.
Saludos al Rabino, a tus hijos y a todos los que aun me recuerden sin rabia en la comunidad. Ojalá estas notas no te produzcan más tristeza que mi columna, sino la necesaria afirmación en tus ideas para que continuemos la polémica.
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