lunes, 15 de marzo de 2010

RESPUESTA A JM GARCÉS SOBRE SUS COMENTARIOS AL PAPEL: “LA POLITICA-ECONÓMICA DE ESTADO”

Hola Juan Manuel: gracias por tus críticas y comentarios tan esclarecedores. Tu dedicación al estudio, a la cátedra y al 'arma de la crítica' como camino del conocimiento, te dan una autoridad teórica que respeto y que me llena de satisfacción cuando te refieres a mi esfuerzo de análisis y recibo tus aportes. Más cuando yo soy una persona dedica a la vida en una empresa y con limitaciones en el intercambio teórico de la academia. Mis trabajos tienen necesariamente que resultar con deficiencias que, en este caso, tú me ayudas a superar, con nuevas luces de nuevos caminos de investigación.


Quiero referirme a los puntos tuyos que considero más relevantes. Por mi experiencia de vida, que me da mi opinión actual, creo que al mundo y al país no le es suficiente hoy, después de la caída de llamado socialismo real, no le es suficiente, repito, señalar que frente a una política de reformas -y la política económica de Estado es de reformas- debamos proponer o demandar un cambio estructural o revolucionario de país.

Formular una visión de país, si se quiere revolucionaria, no debe liberarnos de la responsabilidad de hacer una política económica que incluya a las mayorías, que tenga sostenibilidad ambiental y social, que afronte el cambio y los riesgos de la internacionalización-globalización, que dé un papel al Estado, no como prolongación de la propiedad corporativa, sino como instrumento de equilibrio y de equidad social, un Estado capaz de llevar el desarrollo capitalista -desarrollo inexorable en esta etapa de la historia de la humanidad- como beneficio de todos los ciudadanos, a la manera como lo hacen -en democracia, los países nórdicos y en autoritarismo "ilustrado", China e India- aunque ese beneficio nunca sea igual para todos los ciudadanos.


Y en esto encuentro una de tus críticas acertadas. La política-económica de Estado demanda como esencial una educación científico-técnica que sí dé movilidad social y desarrollo suficiente y propio. Pero sin duda, hoy, no se puede hacer esa educación sin que esté articulada a una P-E de Estado, democratizadora e incluyente: ese ilusionismo de la educación como “salvación”, sin que haya emprendimiento, empleo y ampliación de la distribución del valor, acumulado por la sociedad pero apropiado por las corporaciones, es un argumento que usó el neoliberalismo para su acentuación de la concentración de la propiedad y del nuevo valor.


Bueno Juan Manuel, todo esto debe ser objeto de una próxima y bien preparada reunión de la Red como la que tu sugieres. Sirvan estas notas para estimular esa reunión. Moritz

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